Historias de éxito

Carmen Machi: “Los actores no nos jubilamos”

La voluntaria aterriza en el Festival de Cine de Málaga con Carmen Machi como protagonista. La actriz encarna el personaje de Marisa, una doctora recién jubilada que decide viajar a un campo de refugiados esperando prestar su ayuda. Al llegar allí se da cuenta de que las cosas no son como se las había imaginado. Sin embargo, su tesón y solidaridad le llevan a cruzar límites y fronteras. Unos valores que Machi admira y reconoce que le gustaría tenerlos.

-¿Había estado alguna vez en un campo de refugiados?

-No, nunca.

-¿Cómo se prepara uno para ello?

-Realmente yo iba a rodar una película y dar vida a un personaje que, como yo, iba de nuevas. No iba a hacer de refugiada ni de cooperante con experiencia, así que yo como actriz hice lo mismo que el personaje. Después, cuando ruedas la película, estás inmerso en la burbuja de la historia y vives en una realidad paralela. Lo que sí capté fue la tristeza. Hay una tristeza enorme que, por fortuna, la rompen la cantidad de niños que hay. Ellos son la luz y la alegría. Esas sensaciones las llevaba yo por dentro como ser humano. Como actriz, el camino por el que va el personaje lo va marcando la propia película.

-¿Qué hay de usted en el personaje de Marisa?

-Yo normalmente me distancio mucho de los personajes y así los veo con más claridad. Además, la situación que vive Marisa no es la mía. Es algo más mayor que yo y está jubilada, que yo de mi profesión no lo voy a hacer. Me he dado cuenta viendo la película que todo lo que hace tiene que ver con su jubilación. Pero creo que es una mujer muy viva, que quiere seguir estando muy viva, y quiere hacer algo que le reconforte, que le de sentido, porque es doctora y se ha dedicado toda la vida a ayudar a los demás. Sinceramente, creo que pocas cosas tienen que ver conmigo, me gustaría ser tan bondadosa como ella. Admiro muchas cosas del personaje. Me gustaría tenerlas a mí, pero creo que no las tengo tanto.

-Pero, Marisa tiene muchas carencias y no necesariamente están derivadas de la jubilación, ¿no?

-No sabemos muy bien que es eso de la jubilación. De repente, la inactividad. El sentido que ha tenido tu vida desde que fuiste a la facultad a estudiar Medicina hasta los 65 años, que has estado ejerciendo de ello, desaparece. Entregas toda tu vida a la profesión, tu energía, muchas horas. tu mente y tu cuerpo siempre han estado ahí y, de repente, desapareces. Porque, además, la sanidad pública es así, te sustituyen por gente más joven y se acabó. Es una cosa extraña por la que hay que pasar, que yo no sé bien cómo es y Marisa yo creo que trata de seguir estando en la vida, de que no la desplazan.

-¿Usted ha pensado en el día en el que se jubile? ¿Qué va hacer?

Los actores no nos jubilamos, cariño. Siempre hay personajes de 80, de 90 y de 120.

-Pero, a lo mejor llega el día en el que necesita descansar.

-Uno puede decidir no trabajar más, pero eso no es jubilarse. Esa palabra explica que ya no puedes ejercer de manera oficial. Una cosa es que te tomes un descanso y otra que te jubiles, y esa palabra no entra en nuestro vocabulario.

-¿Uno nace sabiendo que va a dedicarse al mundo de la interpretación?

-En mi caso sí. No sé si nací sabiéndolo, pero me di cuenta muy pronto de que era lo que quería hacer. No sabía que era una profesión, pensaba que era algo que formaba parte de tu vida, un hobby o algo similar, pero siempre lo he tenido claro.

-¿Cómo se dio cuenta?

-Es muy raro de contar. Te das cuenta de que tienes la capacidad de mentir bien y de que crean una historia que te acabas de inventar. Eres consciente de que tienes una capacidad de engaño muy grande y que eso justo es lo que hace un actor. Eres capaz de llorar sin estar sintiendo pena, y eres capaz de reírte sin ningunas ganas y resulta que eso es una profesión. Desde que me di cuenta de que podía hacer eso, tuve claro que iba a dedicarme a ello.